Keira llegó junto a sus hermanas Pao y Pepa desde un pueblo de Sevilla. Fue entregada por su dueño porque, desgraciadamente, no «le servía» para cazar. Es una situación demasiado común entre los galgos: cuando son cachorros, se eligen a los que aparentan tener mejores aptitudes para la caza y el resto —como Keira— son rechazados y abandonados.
Pero gracias a eso, pudimos darles una segunda oportunidad a las tres hermanas. Ahora están a salvo y podrán disfrutar de una vida digna, llena de amor y respeto.
Keira es aún muy joven, tiene toda la vida por delante. Es simpática, cariñosa y le encanta jugar con los compañeros con los que comparte espacio. Aunque es la más tranquila de las tres, no tarda en mostrar su lado juguetón cuando empieza a confiar.
Keira merece crecer en un hogar que la quiera incondicionalmente, donde nunca más tenga que sentirse abandonada. ¿Quieres ser tú esa familia especial para ella?
Sí quieres ser tu la familia de Keira, escríbenos a adopcionesesp@gmail.com