Flecha llegó a nuestro refugio desde Zaragoza, venia cedida por su dueño y acompañada por Diana, Linda y Yuna.

En cuanto la conocimos, pudimos ver qué era una chica realmente encantadora, cariñosa y zalamera, una chica que adora recibir atención de nuestros voluntarios y a la que, por supuesto, no le cuesta nada conseguirlo, ya que ella se hace querer enseguida.

Flecha se ha adaptado genial a su nuevo entorno, a sus nuevos compañeros y a su nueva realidad, es el claro ejemplo de la increíble capacidad de adaptación de los podencos.

Ahora, tras más de 10 años de ser usada, ha llegado el momento de que conozca el calor de un hogar y el amor de una familia. Si quieres compartir tu vida con una chica realmente adorable, si quieres cuidarla y quererla hasta el último día de su vida, ¡Adopta a Flecha!