Diana Ross estaba con sus hermanas en el refugio de Siempre Contigo, en Cádiz. Allí fueron entregados por su galguero con la típica amenaza de que si no se las llevaban, las iba a matar. Pero gracias al gran corazón de las voluntarias de ese refugio, todavía siguen vivas.
Debido a su corta edad, es muy difícil decir con exactitud qué tipo de comportamiento van a tener. Por ahora son como el resto de cachorros: activas, sociables, exploradoras, juguetonas y felices.
La persona que adopte a alguna de ellas debe entender que necesitan aprender a vivir en una casa, hacer sus necesidades fuera, andar con la correa, etc., por lo que tendrá que tener el tiempo y paciencia que cualquier cachorro necesita. Por su parte, ellas te aportarán todo el amor, compañía y diversión que sólo los galgos saben dar.
¿Quieres aumentar tu familia y darle a Diana el hogar definitivo que tanto necesita? ¡Adóptala!
Para más información escribe a adopcionesesp@gmail.com