Mori viene de un pueblo de Badajoz. Después de una vida entera siendo usada para criar cachorros, ha sido cedida por su galguero, el cual consideró que ya no le era «útil».

A pesar de la mala vida que ha tenido, es una abuelita muy tranquila y dulce que se lleva genial con todos los perros del refugio y le encanta recibir caricias de los voluntarios, puesto que no tiene ningún miedo. También ha sido probada con gatos y los ignora completamente.

Mori cojea un poco de una pata, pero tras la revisión con el veterinario no es necesario operarla y puede hacer vida completamente normal.

Si quieres darle a Mori los últimos años de su vida que realmente se merece, ¡no dudes en adoptarla!

Para más información escribe a adopcionesesp@gmail.com